viernes, 14 de enero de 2011

LOS HERMANITOS JULIA

La cuestión de la droga, con todas sus perversas ramificaciones, vamos a dejarla transitoriamente en boca de la justicia, aunque para observar y pensar hay y mucho.

En este momento me interesa otro aspecto, que no he visto comentado. Aclaro que mi principal fuente de información es el diario que leo. Desde hace 5 años no veo televisión abierta, ni noticias de cable. Consulto internet.

El diario, nada dice, internet abruma. ¿El brigadier contaba con una fortuna propia justificante de tamaña empresa familiar? El alquiler del jet costó 500 mil dólares. En el medio gráfico se cargan las tintas sobre la persona que supuestamente lo habría alquilado.

Ahora bien, de quién es el jet. También aparentemente, de los hermanos Juliá. Y uno, es decir, gente común, como yo, laburante, cuando lee estas cosas entra en un estado de ira irrefrenable y de desesperación.

Veo además la foto del palacio de la familia. Aumentan los dos pecados capitales.

Las preguntas surgen a borbotones, porque tan estúpidos no somos, cómo juntaron tanta plata, a nadie le llamó la atención. ¿Pagaban los impuestitos? o solo son investigados los que han comprado unos cientos de dólares.

No es la política estúpidos, es la corrupción. Que ciertamente está emparentada con la política, pero no es su único parentesco. Cuál es el segmento de la sociedad civil, especialmente de la que “mueve las palancas”, que no está rozado por la corrupción. El eterno maridaje entre corruptos estatales y corruptos privados viene cebándose desde el comienzo de nuestra historia como argentinos, siempre engordando y mucho, muchísimo con las obras públicas.

¿ Quieren hacernos creer que no es corrupción la información de lo que se le antoja al dueño del medio, cuando se desvía su sentido, se la manipula, se la amasa a gusto? Si para ese propósito se invoca el derecho de propiedad, arraigado más que el de la vida, en defensa de la propiedad de algunos, genial, mando porque soy el dueño. Por favor, entonces abandonemos el discurso de la libertad de prensa. No existe la libertad de prensa. Existe la libertad de prensa del dueño del medio, que de ese modo adquiere más poder político que el único poder lícito, el que consagra la Constitución.

Por favor, si alguien lee esto que conecte los dos párrafos anteriores, cómo se puede seguir hablando de libertad de prensa en la Argentina, en el mundo, cuando el flujo de las relaciones lo determina el capital, la fortuna de la que algunos han logrado apoderarse, para que el triángulo adquiera su aberrante forma: dinero – prensa – poder. No importa en qué vértice los coloquemos.

Los hermanitos Juliá de cuya existencia, a través del único medio gráfico que leo, no tenía conocimiento, saltan al estrellato, por lo menos en España y Argentina, con motivo de los 1000 kilos de cocaína atrapada en un aeropuerto español. Y conforme leo, todo se reduce al tema de la droga, que no es poco ciertamente, pero no es excluyente de otros cuestionamientos, directamente vinculados a los hermanitos que tuvieron la inmensa suerte de haber tenido un padre previsor y ahorrativo, como mis ancestros inmigrantes.

Y en este punto el diario, se olvida, se revela. Ni una palabra sobre la fortuna. Ni una pregunta seria sobre la gravedad institucional de la situación ¿ Todos los altos cargos de la fuerza aérea tienen y han tenido esta capacidad de ahorro ? Y por qué no extender la pregunta a las otras dos fuerzas. A uno se le pone la piel de gallinas. Aviones, armas, armas, armas, muerte, muerte. Un pueblo que saltó por el aire y todavía no sabemos nada ¿o sí ?

No asoma la política, estúpido, asoma la corrupción y el odio, que sí es político en este caso; asoma la corrupción de la Argentina, sí, mucha corrupción y otra tanta en España, en Europa, porque ¿y los compradores? ….de eso no se habla.

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