lunes, 27 de junio de 2011

GRANDEZA Y DECADENCIA DEL NORTE

Los líderes de la Nación Argentina, antes de constituirse como tal, gozaban embelesados de la dependencia cultural europea. Abrevaron abundantemente en el liberalismo francés para someterse como putas a la corona inglesa. Nociones mínimas de nuestra historia.
Desprendidos los EEUU de Norteamérica de su madre patria, las cabezas comienzan a girar. Siempre hemos de ser leales a Inglaterra pero el norte americano irrumpe con fuerza y comienzan los viajes con ese rumbo.
Cuando uno observa a los EEUU no debe confundirse. El país fue fundado por patriotas que nos faltaron a nosotros, con clara visión de la nación a la que aspiraban. Hubieron el proyecto y la decisión de fundar un país poderoso, grande y sólido para su gente. Eso es admirable. También lo es la colonización del oeste, gesta heroica, para algunos, con una concepción de la distribución de la tierra francamente socialista.
No debe minimizarse esta perspectiva por los horrores que se cometieron. Estos horrores era parte del proyecto. Acá los cometimos con el único propósito de enriquecer a los que participaron en la conquista del desierto. Por ejemplo, 2 millones de hectáreas para Martínez de Hoz. Allá el objetivo era la nación.
Alguna diferencia uno empieza a notar. La epopeya desarrollada en la costa oeste (desde el este) es parte de ese proyecto, aunque tuvieran que morir centenares de miles de chinos esclavizados, de indios y de negros, para que el ferrocarril comunicara todo el territorio. Sin dudas, fue un genocidio cometido cometido por los ganadores que construyeron el país.
Seguimos viendo diferencias. Acá el trazado de las líneas ferrroviarias se hizo bajo el exclusivo mando del interés inglés.
También forma parte de ese proyecto, la esclavitud y su posterior aparente abolición.
En el norte se tuvo en claro el camino a recorrer. Así se construye una nación. Cierto es que se contó con la inestimable ayuda de ser hijos calificados de una madre astuta y rapaz que rápidamente tolera y bendice la emancipación del retoño, que les provee en el desprendimiento de una religión creada como herramienta imprescindible para que el imperio se solidificara, creciera y se engrandeciera.
Concomitantemente se pone en marcha el gran proceso industrializador. Pero insisto eran necesarios hombres con auténtica vocación patriótica y los EEUU de Norteaméricana contaron con ellos.
Siguen las diferencias. Uno de los factores poco conocidos de la caída de Perón es la industrialización creciente del País, que significaba un perjuicio considerable para los tejidos y cueros británicos cuyas exportaciones en la Argentina disminuían rápidamente. Como dice Hernández Arregui, el proceso fue más complejo, pero como caracterización general, la interpretación es verdadera.
El destino de los movimientos precursores no es actuar sobre la generación contemporánea sino sobre las promociones políticas e intelectuales, que le siguen.
Todo este equipaje permite la aparición de quien se habría de convertir en el gendarme del mundo con el ropaje de la mejor, mayor y más fuerte democracia también del mundo.
Pero en ese mismo proyecto, en estado larval, estaban los gusanos que corroyeron la estructura sana y dejaron el híbrido degradado, no menos prepotente, en que hoy se ha convertido esa parte de América del Norte.
Las mentiras económicas aparecen como castigo de sus ciudadanos, clases media y baja, claro está. La optimización de las ganancias y la concentración de la riqueza se han convertido en el único fin, sin responder al destino nacional.
Leo en La Nación del 11 de enero de este año una interesante frase de Paul Krugman, refiriéndose a la matanza en Arizona :... La saturación del discurso político con la retórica de la eliminación que subyace a esta violencia...".
Cualquier similitud es coincidencia y producto de la imaginación de quien se aventure a esta lectura.
Mientras muchos comíamos y viviamos bastante bien, nos convencimos de que ellos, los pobres, no eran feos, sucios ni malos, que habían sido bendecidos con una pacífica y cristiana resignación, plenos de humilde y sana alegría y pletoricos de belleza.